viernes, 29 de marzo de 2013

Hay que tener cuidado con lo que se escribe, pienso. Hay que tener cuidado con lo que se dice, pienso después. Pero si se tiene tanto cuidado en cada cosa, al final, tienes agujetas en los gemelos y dolor en el cuello. Y dolor de pinchadas, dolor de fuego de bengalas en los ojos, por la mañana. Y mierda que escribir a las seis y media de la mañana. No quiero retocar el texto, quiero que vuestros ojos toleren el incesto de palabras hermanas en la misma frase. Esta noche he tenido un sueño. Estaba en una antigua clase de inglés con sensación de estar en otra y mientras tocabas la batería me decías, "tienes que pertenecer al saxofón". Qué es eso, te preguntaba. Mira, la batería pertenece al saxofón, me decías.