lunes, 4 de marzo de 2013

Merendé un yogur de limón y vimos dos películas en las que aparecía la misma actriz. En la segunda película hacía de francesa en norteamérica. Nos preguntábamos por qué salía con boina, ¿a caso todos los franceses son existencialistas? Domingo por la mañana y el parque está lleno de vida, hay chicos y chicas disfrazados de andaluces y un grupo que graba un videoclip sin música. Tú friegas y escuchas la radio. Yo escucho la vida de fuera de esta casa. Los niños tiran los primeros petardos, los perros ladran y los pájaros escampan. A estas alturas de marzo ya hay gente cocinando en la calle. Valencia es un gran pueblo. O no tan grande. Todos los músicos de esta ciudad se conocen. Ayer estuve hablando con una chica de Atenas cuando salíamos de clase y me dijo que Madrid es una ciudad más limpia que Atenas. Atenas es un nombre bonito para una canción. Los nombres de ciudades son bonitos nombres de canciones. Como Roma, como Olso o Liverpool, París, Mónaco...Entonces toses y me pongo la camisa. Y lo escribo y así lo hago.
Quisiera recogerlo todo. Cuando volvimos del concierto de El ser humano, desde el metro hasta la puerta de casa hablamos de que la vida es muy rica y de que el árbol crece, y de mira esa ventana con la luz encendida, qué bonita... No se puede recogerlo todo. La escritura automática es constante goteo de ideas, palabras e imágenes pero quizá esté vacía cuando lo que se pretende es recogerlo todo y ése todo aparece vacío en la descripción. Diario de intenciones. 
Abrumada por la necesidad de transmitir lo rica que es la vida me desanimo a los pocos renglones. Nada de eso puede pasar con la escritura automática. Con las cosas "Pensadas y fetas". No, la vida no es tan compleja. Yo prefiero llamarla rica. Como cuando quedas con amigos y no vienen.